miércoles, 13 de febrero de 2013

XV - Mi hogar de paz


Escucho tu respiración pausada,
acaricia mi piel tu suave brisa,
te escondes refugiada entre montañas,
me duermes con tu nana inacabada,
tu azul es un edén que me hipnotiza.

El brillo de tu sol que se derrama,
en mar, arena y sal; en roca y carne,
remueve los cimientos de mi alma,
anula la razón y las palabras,
impregna cada gota de mi sangre.

Cuando necesite desconectar,
siempre que mi corazón se estanque,
cuando se me haga duro respirar,
y anhele todo aquello que me das,
iré a mi hogar de paz, iré a Calblanque.
Foto de Juan Ramón D. Pintado

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